El Señor habló a Job desde la tormenta:
«¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con puertas y cerrojos, y le dije: “Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas”?».
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